Como dije en el homenaje que le hice a Paco, se podría contar una aventura de cada día que se pasaba con él y las que puedo contar yo, afortunado de mí, son bastantes, al igual que muchos de los que hemos compartido tiempo con su persona.
Voy a contar una de esas historias graciosas de las que se le ocurrían fabricar para disfrute propio y de los que estábamos a su alrededor.
Transcurrían los días finales del mes de noviembre de 1983 y se puede decir que ya éramos veteranos en la Laboral, teníamos asentados nuestros derechos como grupo y el respeto de todos los topos, que nos admiraban con envidia por nuestra forma de hacer las cosas y de divertirnos. Esto no era una pose para la galería, si no que era algo muy real, no sólo aparentábamos pasarlo bien en nuestros ratos de ocio, si no que nos lo pasábamos muy bien y no era necesario que tuviéramos espectadores mirando nuestras proezas. El día en cuestión, salimos a dar un paseo vespertino unos cuantos amigos del "Clan Badajoz", entre los que me encontraba yo, aunque no recuerdo con exactitud el resto de los componentes (me gustaría, oh iluso de mí, que los asistentes, se nombraran en este foro), pero estoy casi seguro de que Isidro y Aguado estaban en la comitiva, junto con Paco y yo mismo. Por aquel entonces y no sé muy bien el motivo, pero a Paco le dio por tener un encendedor y digo que no sé el motivo porque el no fumaba y si no recuerdo mal, le parecía tan mal como a mí, que se fumara en nuestro espacio vital, pero cada vez que alguien necesitaba fuego, allí acudía él, raudo y veloz a ofrecer su llama y no era una llama cualquiera porque aquí radica el quid de la cuestión, el mechero era de gasolina y la llama que salía de dicho artilugio era como el coloso en llamas y claro, cuando el solicitante fumador se acercaba con el cigarrillo en los labios, el ceño fruncido y las manos amparando la boquilla del encendedor para que no se apagara la llama por el viento, salía despavorido por el fogonazo aterrador del lanza-llamas, que no tenía término medio y siempre se encendía con la misma intensidad y lo peor de todo no eran las cejas quemadas y la dilatación excesiva de las pupilas, si no el intenso olor a gasolina que desprendía aquel terrorífico artefacto, que impregnaba todo a 3 ó 4 metros a la redonda. Paco los miraba incrédulo al verlos dar un salto hacia atrás y después observaba el encendedor buscando la posible causa del descontrol flamígero. Hurgaba en los controles (inexistentes) y les pedía que volvieran, que ya estaba solucionado el problema y algunos volvían y se quemaban de nuevo. Con los compañeros fumadores de aquella época, esta técnica le duró unos cuantos días, pero se corrió la noticia y ya nadie quería fuego del encendedor diabólico de Paco, pero en la calle y en los círculos de amigos de amigos y amigas, seguía causando sensación e incluso, cuando íbamos por Santa Clara, llevaba a mano el mechero y en cuanto veía la ocasión se lanzaba a quien estuviera con el cigarrillo en la boca y aún lo había encendido ofreciendo sus servicios, y claro el espectáculo estaba garantizado.
Como tenía tanto uso y la llama consumía más que un Opel Frontera 4x4 gasolina, tenía que rellenar el mini-depósito y esta es la anécdota que quiero contar, pero será otro día......
Vale; lo cuento:
Como iba diciendo, estábamos en el paseo de la tarde y nos disponíamos a regresar a la Uni, dado que se acercaba la hora de la cena, pero de camino y ya a la altura de los Jesuítas, Paco se da cuenta de que se ha quedado sin gasolina en su mechero y nos pide que le acompañemos que lo va a rellenar. Nosotros, sin saber muy bien de que se trataba, convenimos en ir con él, porque siempre íbamos juntos a todas partes y sin darnos cuenta estábamos en la gasolinera de la Avda. Requejo, creo que se la gasolinera Ronda, en un surtidor de gasolina de 95 octanos, esperando a que viniera el gasolinero y cuando éste aparece y nos ve allí a 4 ó 5 chavales, sin vespino, ni coche, ni moto ni nada, nos pregunta qué es lo que queremos. Paco saca del bolsillo del vaquero su reluciente encendedor de gasolina y le espeta: ¿ME LO LLENAS MAJJJJJO?
El gasolinero soltó una sonora carcajada y en un principio se lo tomó a broma, pero al ver que Paco no se inmutó y permanecía con el mechero en la mano y con la tapa levantada, dejó de reírse y estuvo dudando un rato en qué hacer, sobre todo porque nosotros, los que no sabíamos en lo que nuestro amigo nos había metido, nos estábamos revolcando de risa, sujetándonos en los surtidores de la gasolina para no caernos al suelo, pero le debió de resultar gracioso y accedió a llenar el depósito del mechero y eso si que fue un espectáculo, porque Paco sujetaba el encendedor con las dos manos para que no le temblara el pulso y con las pierna abiertas por si salía un chorro de gasolina descontrolado y lo pusiera pingando y el gasolinero con la manguera de la gasolina de 95 intentando atinar en el orificio de llenado del depósito. Aquello era para haberlo grabado en vídeo y enseñarlo a las generaciones futuras de cómo se hace un trabajo en equipo en las condiciones más duras, porque los dos se estaban descojonando de risa y derramaron como medio litro de gasolina por el suelo antes de conseguir que cayera alguna gota dentro del depósito. Ya serio el gasolinero lle pidió 15 pesetas por el llenado. Paco pago religiosamente. Pero cuando leventamos la vista de la escena que acabábamos de presenciar, observamos como más de veinte personas estaban mirándo atónitas en la gasolinera el llenado de un depósito de un mechero y sólo le faltó aplaudir como hacen lo americanos ante estas estampas tan peculiares.
Nos fuimos a la Laboral, sin dejar de reírnos de la historia que habíamos vivido y Paco estuvo oliendo a gasolina una semana.
Referente al repostaje del mechero de Paco, recuerdo un día que el expendedor estaba suministrando gasolina a un seat 600, y este lleva al deposito dentro del maletero, por lo tanto el capó estaba levantado, el conductor dentro del vehiculo, entonces sin que el conductor lo viera Paco puso el mechero encima de la boca del peposito y el expendedor se lo llenó,"Paco le dice: cuanto te debo" y el contesta no te preocupes que este repostaje lo paga el del 600...
ResponderEliminarHola a todos, sosainas, se cumplen 20 años ahora de una de las aventuras más disparatadas que me ha tocado vivir en mi ya dilatada y estúpida existencia. Ante el exceso de locuacidad del respetable, llevo 2 meses a la cola, esperando que este chisme inmundo me dé la vez, pero nada.... hoy 29 de julio, exactamente 20 años y 14 días después del disparate, por fin me deja compartir la experiencia.
ResponderEliminarPues resulta que cuando estaba a punto de terminar forestales, había hecho un examen de incendios en el antiguo ICONA, para coordinar medios aéreos en la lucha contra incendios forestales. Hice el último examen, el 5 de julio, y nos incorporamos a las bases el 15. Como quiera que el coordinador territorial para CyL estaba, como no, en Vaolid, allá que me presenté, en compañía de mi hermana Rosa, que a la sazón marchaba pa Zaragoza donde había arraigado después de su periplo en la Universidad Laboral, (creo que Paco G. tiene una hermana con el mismo historial), En mi caso, además, allí se quedó la peque también, la librera..... y una prima!!! hay que joderse!!!
Bien que me enrollo como las persianas; En resulta que yo iba pertrechado para la firma del contrato, (sólamente) con mis mejores galas, una camisa de pitiminí, cuyo origen no recuerdo, y unos pantalones poco acordes con mi habitual pinta de hippy deslabazao. Desconozco así mismo el origen de los trousers, pero ni estos ni la camisa eran míos. Bueno reclaman mi atención abajo.... despues sigo.
Resultado del combate: Conchi-1 Héctor-0.
ResponderEliminarBien, nada más pasar al despacho del jefe a firmar el contrato, me fue presentado quien habría de ser mi compañero en la base de Rosinos (de la requejada) a 6km al norte de Palacios de Sanabria. Era un tipo supercurioso, tenía habla de bobo, olía a sudor rancio, el tipo de hedor que apesta quien no se ducha más que una o dos veces al año, y tenía 35 años.... es decir, había sacado la carrera a base de jamones. El no era la 1ª vez que tenía destino en Rosinos, ya había estado el año anterior, pero se le veía a la legua que no tenía ni puta idea de nada. El fulano, que se llamaba Fernando, tenía un seat 133 que ya era más que viejo en el 91, y ¡¡había venido desde Madrid con él!!.... en fin, antes de dos minutos hablando con él, me di cuenta la que se me venía encima. Como ya os comentaba esta medio0día, antes del incidente entre mi señora y el cabroncete del nene, yo tenía intención de regresar el 14 al Pueblo y desde allí que me llevara mi padre a Rosinos al día siguiente. Pero no.... resulta que no hacemos más que estampar la firma en el contrato, y el jefe nos larga que "hay que llevar los coches para las bases",(como las pistas suelen estar en medio del monte, alquilaban todoterrenos para use y disfrute del personal contratado). Corría el año 91, y yo, que no había sacado el carnet en la uni como casi todos vosotros, aún estaba sin él. Como quiera que todo el mundo dio por hecho que yo lo tenía, que yo sabía conducir desde que me salieron los dientes, y que el otro bobo fue con su 133, me dio en pensar: ahora le digo que no tengo el carnet y me rompe el contrato en los morros; asín que no anduve con ostias, me enganché a los mandos del Suzuki SJ1300, (de carburación) y pa Sanabria, con coche oficial y sin carnet de conducir. (menos mal que la gasofa la pagaba el estao porque el chisme gastaba de 14 litros parriba).
Decidimos irnos juntos, él lo hizo porque le daba cosa marchar sólo con ese hierro, yo porque realmente no sabía dónde tenía que ir y así lo llevaba de señuelo pa la benetérita. No hacemos más que abandonar Pucela, y a mi me empieza a oler a quemao, miro pal 133 y veo una humarera de la ostia por la rejilla del motor. Por supuesto, el necio que me precedía a los mandos del bólido, no se había enterrado de la futura pira. Lo adelanto y lo mando parar; no hace más que bajar del coche y en vez de esperar a que se calmara el chisme, va directo al tapón del vaso de expansión, yo le iba a decir, espera un po... cuando oigo: pfssssssss, seguido de un aullido como si lo estuvieran torturando, .... era el fernando que había intentado probar con los morros la temperatura del haiga. Y tuvo suerte que el chisme no tenía ya una gota de agua y sólo fue vapor que si no aún lo tengo que llevar al hospital. Recordad que en el año 91 ni teléfonos móviles ni ostias. Dejamos el coche en el arcén y nos acercamos a una gaslinera para llamar a la grúa. Como él no sabía de qué iba la copla, hable yo con la tía del seguro, total para decirme que la asistencia en carretera no estaba contratada en la póliza. Yo le digo, vamos tío, deja ahí el puto coche, que no vale para nada, llama a un desguace y que te dén 1000 duros por él, pero no, era demasiado valioso pal Fer. ...Y llamó a una grúa, y vino, y cuando le dijo que quería llevarlo a Puebla de Sanabria a no sé qué taller, y que no tenía seguro, el gruero le pidió, ya entonces, 70.000 pelas, más que cinco 133´s y con la pinta de majadero que tenía este, por supuesto por adelantado, menos mal que era por la tarde y ya no había bancos que si no este bobo se gasta la mitad del sueldo antes de empezar a currar.
Total que accedió a probar a echarle agua, yo veía que el coche soplaba por el vaso de expansión como si fuera una locomotora, pero el chisme arrancaba bien todavía y el manguito se lo corté por donde estaba roto y se pudo acoplar más o menos bien, seguimos la marcha, eso si, sin pasar de 50 y, al principio cada 50-60 km, parábamos y le rellenába el vaso, pero es que al final había que para cada 5 min. Total que eran las 2 de la mañana y no habíamos llegado todavía a Puebla, ya sabeis que además esas carreteras sanabresas tienen el mayor índice de presencia de Guardias Civiles de todo el mundo, así que por supuesto en una de las asistencias de la nave nodriza (el mi susuki) en Rionegro.... Zas, los verdes: el carné...la docu etc...yo creí que me daba un ataque, pero pude esquivarlos aduciendo que me había dejado la doc en Vaolid (si me registran me joden porque la llevaba encima,) ellos al ver coche oficial... ni mu.... ya todo el verano estuve asín, cuando iba de fiesta al puente, raro era el día que no me paraban, pero ya me conocían y me dejaban seguir. menos mal que nunca tuve ningún accidente si no aún estoy en Topas purgando penas. Total que cuando llegamos a la pensión donde había estado este otros años: 2000 pelas por dormir!!... vamos no jodas!!, si era lo que llevaba!!. No creais que se solidarizó conmigo, él se quedó y yo me pasé, en la estación de trenes de Puebla, mi primera noche de asalariado, sin un duro, hecho un guarro de los apaños que le tuve que hacer al 133 pa que llegara a puerto, sin poderme duchar ni cambiar de ropa ni de calzoncillos y sin poder descansar en una cama decente.....Para más inri, entonces pasaban tres expresos nocturnos en cada dirección (tres pa madrid tres pa galicia) y a cada hora pasaban los guardias a identificarme, que con la pinta que tenía parecía recién salido de la trena. 2mil pelas por dormir en una pensión llena de cucarachas, eso era el turismo en sanabria de hace 20 años, ni sé cómo todavía viene alguien por aquí. 90.000 pelas de alquiler me pidieron al día siguiente por varias casas que vi en Rosinos. debían pensar que veníamos de Alemania. Así que sabeis dónde viví yo todo el verano... en una tienda de campaña que me instalé debajo de unos árboles en la propia base.... En cuanto pude, me fui con el susuki a arqui, me lo llené de cachivaches, y a currar....., el día que usé el coche para regresar al pueblo cargado de chismes, también me paró la guardia en Villarrín, y me tuve quue emplear a fondo para darle esquinazo. Así que cuando terminé de hacer la campaña de incendios, (de la que por oro lado guardo un estupendo recuerdo), me fui a la autoescuela miguel y me saqué el carnet en 15 días, ¡¡¡sólo hice una práctica!!
ResponderEliminarChin, mañana más...
ResponderEliminarAcabo de leer tus estupendas narraciones de las aventuras de cuando empezaste a currar y has despertado una parte de mi vida que no es que tuviera olvidada, pero que me la has redescubierto y no descarto utilizar ciertas anécdotas del tipo tan divertidas como la que has contado tú y desde aquí animo a los supuestos lectores que hagan lo mismo.
ResponderEliminarMe imagino que todos estaréis enterados de cúal es mi trabajo actualmente, así que te oigo contar eso de conducir sin carné y me dan ganas de crujirte vivo...
ResponderEliminarPor cierto, si contara las cosas que me pasan casi a diario, esto se convierte en un reality show.
Lo de empezar la vida laboral durmiendo en tienda de campaña va a ser digno de estudio,porque de esa guisa encontre a CHUCHI en el rio Tera de mi pueblo ,cuando empezo a trabajar en ICONA,¿era condicion para trabajar ? ,¿solo en ICONA) ¿solo para los Forestales-campestres?, .Supongo que las ganas de independencia y de conseguir un trabajo remunerado podian con todas las adversidades .YO tuve mas suerte la primera semana me dejaron dormir en el cuartel donde hice la mili,la segunda en una pension de la plaza callao,(Madrid centro)de las que se alquilaban a parejas por horas ,minutos ,o lo que durara el Tema (no tenia tienda,hubiera sido mas mas digno).Estoy seguro que todos tenemos alguna peripecia de esa epoca de nuestra vida ,y puesto que fue seguido de separarnos ,podiamos contarnos estas aventuras que nos separaron y condicionaron el resto de nuestras vidas. El trabajo lo consegui estando en la Marina ,para ir a la entrevista tome prestado(sin que nadie se enterase) el coche del Comandante ,(estaba de chofer),con ese Talbot Horizon y un callejero encontre la puñetera fabrica. Pascual yo si tenia carnet,aquel de la UNI.
ResponderEliminarLa idea de Vara me parece estupenda, me refiero a contar nuestras primeras experiencias en el tema laboral o lo que se tercie, que haga de nuestra singladura por la vida un tema de nexo de unión para todos estos años que hemos estado sin apenas contacto los unos de los otros.
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