Para cerrar una página sobre nuestro amigo Chin (espero que sean muchas más), no se me ocurre una idea mejor que regalarle este retrato de su niña cuando era más pequeña y que fue tomada el día que nos reunimos el día 30 de marzo de 2002 en casa de la familia de Paco, unos cuantos amigos de La Octava y a la que llevamos a nuestros retoños. Como podéis comprobar, la niña es guapísima, no se parece al oso de su padre y sin embargo es igual pero sacando la belleza que su progenitor debió de tener en proyecto algún día y dejó para su descendencia.
¡¡Que cosita tan divina!!, no como ahora, en plena preadolescencia, con las hormonas como una olla a presión, que no hay quien la aguante....María cariño, ¿¿ por qué no te quedaste así pa siempre???
ResponderEliminar..... y de paso yo, con 30 años pa siempre tb.
ResponderEliminarEs dificil parar el tiempo...
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