martes, 28 de septiembre de 2010

El pañuelo de cuatro nudos




El episodio de la entrada en la grillera con el pañuelo de cuatro nudos en la cabeza fue un acto a la vez, de rebeldía, inconformismo y de impotencia. No sé de quién surgió la idea de elegir ese momento y no otro para hacerlo, lo que si recuerdo es que el ambiente estaba un poco caldeado con respecto a las reprimendas que nos hacían desde varios frentes hacia nuestro curso por los resultados de la 1ª evaluación. Supongo que elegimos entrar de esa guisa en campo enemigo porque muchas de las comparaciones que se hacían entre los diferentes cursos de la Universidad Laboral, tenían como referente las notas que sacaban los grillos.

En aquella época, se puso de moda publicar en los tablones de anuncios de cada clase los resultados académicos del curso y las estadísticas de los demás cursos de toda la Laboral. Nosotros, al menos en alguna evaluación, no salíamos muy bien parados en comparación con los cursos de B.U.P. y C.O.U. y también con Ingeniería y varios de F.P.
Recuerdo que un día de los que siguieron a esas publicaciones, apareció por el aula, el jefe de estudios y nos echó una bronca del quince, diciéndonos que éramos la vergüenza de la Universidad y que sólo había uno o dos cursos peores que nosotros en todo el C.E.I., que era como se llamaba entonces. Seguro que de todas estas cosas, Ricardo sabe más que nosotros, porque él era el encargado de entrar en las reuniones de evaluación, donde se tomaban las decisiones. Sería un tesoro que guardara algún documento de aquella época, donde aparecieran resultados o lo que fuera.

Ese mismo día, o uno de los siguientes al día de autos, por la tarde, nos tocaba ir a la grillera a clase de ciencias naturales con la "Chus", aquella profesora que solía vestir de cuero negro ajustado; falda negra a la altura de las rodillas, marcando la forma de los glúteos, blusas ceñidas, pañuelo al cuello, gafas de pasta, zapatos negros de tacón, que hacía sonar con un salero inconfundible y que a muchos de nosotros, nos "ponía" y más de uno tenía problemas de concentración en sus clases de geología, etc. Por otra parte, nunca se portó mal con el curso, ya que cuando le pedimos algún cambio de fecha para los exámenes, la aceptaba con resignación, entre divertida y burlona.
De camino al centro íbamos debatiendo el tema del día y a la altura de los chalets que hay cerca del clínico, tomamos la decisión de revelarnos contra tanta animadversión hacia nosotros y decidimos ponernos los pañuelos anudados en la cabeza. Era como un símbolo de impotencia y de asumir de alguna forma el rol que los demás tenían pensado sobre cómo éramos los que estudiamos F.P. Conmiseración y burla o irritación admisiva.

Este símbolo no lo inventamos nosotros ese día, ya que había precedentes en su utilización.

No recuerdo el curso en el que estábamos, lo que si me acuerdo es que estábamos en los campos de deportes de la topera jugando al fútbol en uno de los campos de tierra que no tenían las porterías alineadas y que en una de ellas, el garbanzo nos hacía hacer flexiones colgados del larguero y que una vez le tuvo que mandar parar a Pelayo porque no se cansaba de bajar y subir con la cabeza por encima del travesaño . Un grupo de grillos jugaban al baloncesto en el campo que había al lado, animados por una troupé de grillitas entusiasmadas con las canastas y con el juego limpio de los impolutos y educados grillos que nos miraban por encima del hombro.
Tenían tanta arrogancia que no pasó desapercibida para algunos de los topos veteranos, entre los que se encontraba el hermano de Modesto, el de Villafáfila, que no me acuerdo como se llamaba, pero que se le hizo muy mala sangre con lo que estaba viendo; se estaban riendo de nosotros en nuestra propia casa, así que sin pensarlo dos veces, se caló el famoso pañuelo con los cuatro nudos a modo de albañil aguerrido o agricultor afanoso e irrumpió en la cancha de baloncesto, les cogió el balón y comenzó un ritual de gestos exagerados: lo botaba con mucha fuerza contra el suelo con las dos manos y a la vez iba saltando con los dos pies mientras los grillos y grillas, lo observaban con la boca abierta. Cuando vio que era suficiente, agarró la pelota como si fuera un balón de rugby y sin botarlo ni una sóla vez, entro a canasta con un potente salto, pero, en vez de encestar, pegó un zambombazo en el tablero, que a punto estuvo de romperlo, saliendo despedido hasta el campo contrario. Los miró con los ojos inyectados en sangre, como un toro a punto de embestir y le espetó: "Así, jugamos al baloncesto los de F.P.".
Los grillos, que se habían quedado como estatuas petrificadas mientras duró la exhibición, no salían de su asombro, pero debieron entender lo que allí se les estaba diciendo, recogieron sus bolsas deportivas de marca, el balón y a su club de fans y se fueron de allí. Eso sí, con una sonrisa burlona dibujada en su cara, como dando a entender que con el espectáculo, se confirmaban sus teorías sobre lo brutos que éramos los de efepe.

Para quien no se acuerde del motivo de este signo y el porqué de hacer una explicación sobre él, es por petición de Chin, que no se acordaba de los acontecimientos. La rememoración de este hecho viene a cuento por el homenaje que se le hizo a Ricardo en su día y del que dejo aquí parte:

"Cuando empezamos a dar clase de ciencias en "la grillera", no se nos ocurrió otra cosa que un buen día, calarnos el pañuelo de cuatro nudos en la cabeza y aparecer de esta guisa, encabezados por el delegado en los dominios de los "grillos". Ricardo iba el primero, con la carpeta y el libro de ciencias bajo el brazo, tieso en los andares y porte majestuoso, cabeza rígida con miradas de reojo por encima del hombro a cuantos grillos se interponían en nuestro camino y a medida que avanzábamos en procesión, se iba haciendo un silencio incrédulo. Desde ese momento, el pañuelo de cuatro nudos se convirtió en un símbolo de La Octava."

5 comentarios:

  1. Gracias Chechu, mu tierna la historia, lástima de alzehimer, no me acuerdo de nada, sólo de Ricardo todo pincho, como es él, al frente de la formación, pero ya no sé si es de esta o de otra movida de las muchas que preparábamos. No sabía, y me alegro de saberlo, que lo del pañuelo tuviera una base reivindicativa tan sólida. Somos la hostia!!!

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  2. joder Pascual vaya memoria, yo no recuerdo nada, bueno miento de la Chus y su falda de cuero si me acuerdo, un saludo, por cierto te tengo un dvd en la pelu, si alguien más lo quiere puede hacer una copia, un saludo.

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  3. Rapado, con respecto al tema del DVD, quería comentarte un día de estos, que necesitaría ese material, que se que grabaste en algunos momentos de nuestro paso por los diferentes lugares de la Uni y que podría ser útil para ir incluyendo en el blog alguna escena.
    Iré a Zamora el fin de semana del 9 de octubre. ¿Tines abierto el sábado por la tarde?

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  4. Menos mal que Pascual se acuerda de todo, porque ya veo que los demás, estamos como burros, sobre todo de memoria. Pero la Chus sigue en activo y de buen ver. Lo digo por alguno, si la quiere ver, que vaya a las horas adecuadas al bar, y que no pase mucho tiempo, por si se jubila, Ricardo... Jose, por cierto, un dia de estos paso a por el DVD.

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  5. Pascual el sábado por la tarde no trabajo, veo que Julio quiere una copia si te parece bien que se lo lleve él haga la copia y luego te lo pase.

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