No podría escribir sobre los exámenes que hicimos en nuestro periodo de "Topos", sin mencionar los que hacíamos con Avelino Regueras en sus diferentes materias que nos impartía.
Se puede decir que con él, casi cada evaluación y cada examen personal, era toda un experiencia innovadora. Todas las asignaturas que nos dio, eran un "peñazo", desde Seguridad e Higiene en el Trabajo, Organización Empresarial, Legislación Laboral y no sé, si alguna más que yo no recuerdo, pero al hombre, le tocaron las que nos hacían transportarnos al mundo onírico de las siestas. Como sus asignaturas, no había por donde cogerlas, sólo se podía hacer de dos formas distintas para aprobar: empollar memorizando todo aquel material incomprensible y aburrido o copiar, como en alguna que otra ocasión, optaron u optamos algunos compañeros alguna vez. Tengo que decir en mi defensa que no recuerdo haber tomado ese camino con "El Regueras", pero si son sonados varios casos de "cambiazos", etc.
Me acuerdo de un examen, en F.P.I, en el que el compañero Velerdas, directamente sacó el libro de la asignatura en liza, lo puso encima de la mesa, lo abrió y directamente se puso a copiar las respuestas del examen. Esto ocurrió durante la mayor parte del examen, pero el Regueras, que no solía levantarse de su sillón casi nunca y menos durante un examen, ese día, debió sospechar algo y sí se movió, dando un paseo por entre los pupitres y claro, pilló al futuro municipal con todo el tinglao' en plena faena, echándolo del examen. Velerdas, no pasó muy mal rato y con toda su tranquilidad, recogió sus cosas y salió de clase sin más.
Otra anécdota relacionada con sus exámes, tiene como protagonista a Juan Andrés, aunque me gustaría que fuera él quien comentara lo sucedido con exactitud, ya que sólo puedo hacer referencia a ello desde la distancia del tiempo y la bruma del recuerdo distorsionado. Anímate Juanan y no seas sólo testigo mudo del blog, que sé que lees de vez en cuando.
Allá voy; Existía una leyenda urbana de que si sacabas una buena nota en uno de sus primeros exámenes, después, te podías tirar un poco a la bartola, porque te ponía la nota que hubieras sacado en ese primer examen, en las sucesivas evaluaciones, hicieras lo que hicieras, pero nuestro amigo Juan Andrés, se topó con la dura realidad de que esa leyenda, en su caso, al menos era errónea. Juan Andrés, si recordais, era uno de los que mejores notas sacaban y era responsable en los estudios y demás. En uno de esos primeros exámenes, sacó muy buena nota, pero en el siguiente y para probar la teoría, en vez de dar respuesta a las preguntas que el Regueras nos planteó, le debió de contar una película que había ido a ver al cine en el fin de semana. Rellenó el espacio aproximado de lo que era un examen normal y le entregó los folios colocaditos y con buena caligrafía. Pero esa vez, le debió de dar por leer los exámenes y nuestro querido compañero, se topó con un cero patatero y la constatación de que no era cierta la fama del profesor.
Otra de las frases famosas para la historia de La Octava, está protagonizada por este considerado maestro y que se la dedicó a Paco en alguna ocasión y también, creo recordar a Jodra cuando leía las notas por orden de lista del resultado de sus exámenes y al llegar a ellos, les decía: "Navegando, navegando, pero no llegas a puegto", que siginificaba que estaban en un 4,5 o algo parecido.
Si tenéis más anécdotas, las podéis contar, que seguro, nos vamos a reír un buen rato y si no, solo podéis recordar lo que nos contó Chanchy el la última reunión.
Se puede decir que con él, casi cada evaluación y cada examen personal, era toda un experiencia innovadora. Todas las asignaturas que nos dio, eran un "peñazo", desde Seguridad e Higiene en el Trabajo, Organización Empresarial, Legislación Laboral y no sé, si alguna más que yo no recuerdo, pero al hombre, le tocaron las que nos hacían transportarnos al mundo onírico de las siestas. Como sus asignaturas, no había por donde cogerlas, sólo se podía hacer de dos formas distintas para aprobar: empollar memorizando todo aquel material incomprensible y aburrido o copiar, como en alguna que otra ocasión, optaron u optamos algunos compañeros alguna vez. Tengo que decir en mi defensa que no recuerdo haber tomado ese camino con "El Regueras", pero si son sonados varios casos de "cambiazos", etc.
Me acuerdo de un examen, en F.P.I, en el que el compañero Velerdas, directamente sacó el libro de la asignatura en liza, lo puso encima de la mesa, lo abrió y directamente se puso a copiar las respuestas del examen. Esto ocurrió durante la mayor parte del examen, pero el Regueras, que no solía levantarse de su sillón casi nunca y menos durante un examen, ese día, debió sospechar algo y sí se movió, dando un paseo por entre los pupitres y claro, pilló al futuro municipal con todo el tinglao' en plena faena, echándolo del examen. Velerdas, no pasó muy mal rato y con toda su tranquilidad, recogió sus cosas y salió de clase sin más.
Otra anécdota relacionada con sus exámes, tiene como protagonista a Juan Andrés, aunque me gustaría que fuera él quien comentara lo sucedido con exactitud, ya que sólo puedo hacer referencia a ello desde la distancia del tiempo y la bruma del recuerdo distorsionado. Anímate Juanan y no seas sólo testigo mudo del blog, que sé que lees de vez en cuando.
Allá voy; Existía una leyenda urbana de que si sacabas una buena nota en uno de sus primeros exámenes, después, te podías tirar un poco a la bartola, porque te ponía la nota que hubieras sacado en ese primer examen, en las sucesivas evaluaciones, hicieras lo que hicieras, pero nuestro amigo Juan Andrés, se topó con la dura realidad de que esa leyenda, en su caso, al menos era errónea. Juan Andrés, si recordais, era uno de los que mejores notas sacaban y era responsable en los estudios y demás. En uno de esos primeros exámenes, sacó muy buena nota, pero en el siguiente y para probar la teoría, en vez de dar respuesta a las preguntas que el Regueras nos planteó, le debió de contar una película que había ido a ver al cine en el fin de semana. Rellenó el espacio aproximado de lo que era un examen normal y le entregó los folios colocaditos y con buena caligrafía. Pero esa vez, le debió de dar por leer los exámenes y nuestro querido compañero, se topó con un cero patatero y la constatación de que no era cierta la fama del profesor.
Otra de las frases famosas para la historia de La Octava, está protagonizada por este considerado maestro y que se la dedicó a Paco en alguna ocasión y también, creo recordar a Jodra cuando leía las notas por orden de lista del resultado de sus exámenes y al llegar a ellos, les decía: "Navegando, navegando, pero no llegas a puegto", que siginificaba que estaban en un 4,5 o algo parecido.
Si tenéis más anécdotas, las podéis contar, que seguro, nos vamos a reír un buen rato y si no, solo podéis recordar lo que nos contó Chanchy el la última reunión.
Velerdas en el examen del Regueras no sacó el libro para copiar, lo que sacó fueron los apuntes, el folio era en rojo y claro los exámenes los hacíamos en azul o como mucho en negro. Yo me sentaba dos o tres mesas detrás de Velerdas . Fue en 2º de FPI el aula era la primera de la derecha y él se sentaba el primero en la segunda fila según entrabas en el aula.
ResponderEliminarEs verdad que el Regueras apenas se levantaba pero cuando lo hacía era un ir y venir de movimientos nerviosos y sospechosos, los nuestros claro, el se movía poco el hombre. Velerdas la verdad que tanto se fió que ni se inmutó y el Regueras que se fijo le dijo: HOMBRE UNA COSA ES QUE COPIES Y OTRA QUE ME TOMES POR TONTO.
Gracias por la corrección Jose, pero uno no se puede acordar de todo con exactitud. Lo importante es que el reflejo de cómo eran los exámenes con este hombre, quedan reflejados con nuestros comentarios.
ResponderEliminarRelacionado con los examenes me acuerdo de aquella pesada pero necesaria obligacion, que teniamos los primeros años, 2 horas diarias (menos los viernes y los señores externos) de ESTUDIO OBLIGATORIO (ojala fuera capaz de ponerselas a mis hijos).Recuerdo que nos vigilaba el tutor correspondiente,era a ultima hora de la tarde, como buena parte del año a esa hora ya era noche cerrada alguno de estos vigias hacia alarde de la confianza que tenia en nosotros dejandonos solos, pero salia para el patio y aprovechando la oscuridad exterior para ver sin ser visto cumplia con su objetivo de pillarnos en los desmadres ,recuerdo estas eran buenas horas para hacer las chuletas .¿ El ESTUDIO OBLIGATORIO fue solo en FP1?
ResponderEliminarGAGOSO, NAVEGANDO NAVEGANDO, CINCO GASPON, Recuerdo yo que era lo de Paco....
ResponderEliminarOs voy a contar una historia de exámenes pero no es de la uni es de cuando estaba a punto de ternminar forestales en el 91. Fijaos que yo, siempre tuve miedo de copiar porque pensaba que siempre me miraban y lógicamente, que me iban a pillar. Esto en la Uni, porque cuando empecé ingeniería que las clases de 1º eran mu grandes, me convertí en un copión semi profesional. Que yo recuerde, el parcial de química orgánica y toda la Física de 1º,las aprobé asín. En concreto recuerdo que me quedaban 2 asignaturas de tercero y la física de primero, pero esta me cerraba 3 de segundo y otras 2 o tres de tercero,( es decir, si no aprobabas la física de 1º, no podías aprobar la termodinámica o la hidráulica de 2º, o p ej el dibujo de 1º, te cerraba la topografía de 2º y las construcciones rurales de 3º) ... y aunque en todos los casos te respetaban la nota, era un pastón pa la matrícula porque como oficialmente no te las podían aprobar, tenías necesariamente que matricularte de todo.
ResponderEliminarCon estos antecedentes, me presenté por enésima vez al examen de Fisica de 1º en junio del 91, estaba en 1ª convocatoria porque nunca lo había entregado, aunque me había presentado muchas veces. Mi situación era delicada, pero como sólo me había dado tiempo a estudiar lo del principio, como siempre, no estaba nervioso, consciente del rosco que me esperaba. En fin, que los exámenes de fisica, eran 50% teoría y 50% problemas; aquel, planteaba una serie de cuestiones de lógica en su parte teórica, entre las que, en atención a los años transcurridos, la Emilia, que así se llamaba la profe, debió pensar que ya estaba harta de verme por allí asín que puso por lo menos cinco preguntas, relacionadas con los primeros temas, los que yo siempre estudiaba, con lo cual de manera inesperada, resolví con solvencia inusitada la parte teórica (recuerdo una de las cuestiones sobre el principio de conservación de la cantidad de movimiento
(SIGO. Ahora sé por qué cuando me extiendo mucho, no me deja publicar. ¡sólo deja 4.ooo y pico caracteres.!! pero he cortado y pegado y a continuación os dejo el resto del comentario anterior):
ResponderEliminar(recuerdo una de las cuestiones sobre el principio de conservación de la cantidad de movimiento protagonizado por la ballena y Jonás, los de la biblia, en el que se pedía la velocidad final del conjunto Jonas+ballena, después de habérselo tragado). Aprovechando que el Pisuerga, pasa por Zaragoza, el examen se me alargó más de la cuenta, pues ya de metidos en harina, me quedé también a hacer los problemas, a ver si había suerte y me tocaban también del principio. Cual no sería mi sorpresa al comprobar que la Emilia se había vuelto a acostumbrar a mi presencia y había vuelto a putearme. Reconozco que ninguno de los dos problemas que puso, me era nada familiar y estuve dándole vueltas a las hojas del examen como intentando descifrar el código secreto en el que se halaban escritos. (no sabía ni de qué cojones me estaba hablando). Abatido por el infortunio, estaba a punto de abandonar cuando con el rabillo del ojo veo un novato-pitagorín, (yo era el 4º año que estaba en la Escuela), que se le habían vuelto locos los dedos de tanto darle a las teclas de su Casio scientific fx-82, calculadora mu popular entre los estudiantes de entonces. Le digo: eh! pásame los poblemas!!,... y el tío acojonao. repito: pásame los poblemas!!... y mira pal otro lado,... pero advierte mi creciente careto de mala ostia, y mi tamaño ranchera, y se lo piensa dos veces. Entonces, desvía las hojas así, un poco hacia un lado y yo, en un alarde de rapidez sin precedentes, (ya conoceis mi torpeza congénita), saco el brazo derecho como si fuera una serpiente de cascabel en pleno ataque y cojo las hojas correspondientes al primer problema. No os exagero si os digo que el asunto se extendía a lo largo de no menos de 4 ó 5 folios a doble cara por lo que, entre la pinta de Pitagorín de mi benefactor, la extensión de su trabajo, la velocidad de sus dedos tecleando la casio, y mi ya dilatada experiencia en la Escuela, intuí que sería suficiente para aprobar, y asín fue: navegandp navegando: 5 gaspón, como Paquejo. Espero no haberos aburrido mucho.
Pd.: para acabar la historia, os comentaré que como yo curre a lo largo de aquellos años de estudiante, en un bar durante los fines de semana, no le faltaron nunca al novato ni a sus secuaces unos litros de cerveza a cuenta de mi jefa, que además era mu tacañona, con lo cual, no sólo quedaba de puta madre con el chaval que me salvó el año, sino que además me vengaba con alevosía de mi jefa... Lo que se dice matar dos pájaros de un tiro.
Nos vemos
Por cierto, que debe ser por el complejo de culpabilidad porque ahora, después de 20 años, tengo dos pesadillas que se me repiten de vez en cuando y de las que me acuerdo; UNA: me vuelven a mandar a la mili en base a no se sabe qué error burocrático cometido contra mi; LA OTRA: en base a no se sabe qué criterios, la Emilia me suspende la Fisica y he de matricularme otra vez en un chorro de asignaturas cuyos impronunciables nombres tengo casi olvidados,...
ResponderEliminarque pesao soy, toda la entrada pa mi.
He estado fuera de juego en estos últimos días por un problemilla, pero ya se ha solucionado.
ResponderEliminarLos comentarios de Chin, alegran sobremanera este blog y sin él, estaría un poco triste.
Me estoy imaginando el momento en el que le pediste el examen al novato, con tus ojos desorbitados, como si fuera a tener lugar un desastre natural y tú fueras el único ser sobre la Tierra que pudieras salvarle la vida. "O me das el puto problema o el edificio caerá sobre tí, aplastándote como un sello de los de antes" o eso o,"si no me dejas copiar, te arranco los hígados".
Recuerdo Chin que si me habias contado en alguna ocasión el copiao del examen al supuesto pobre novato, que se le tuvo que hacer un nudo al pobre hombre. Claro que si vuelves ahora, con las pintas que tienes algunos dias y 20Kg. mas, por lo menos, el tio se caga seguro.
ResponderEliminarJosico, que frio en la cabeza estos dias, mira que te dije, no me cortes mucho, pero claro, como todos los peluqueros, dale que te dale. Un saludo a todos.