Son, como todos podéis observar, instantáneas de la famosa excursión fin de curso. En la del grupo, se siente la alegría que teníamos todos por estar disfrutando de un sueño casi imposible cuando surgió la idea. En la otra, sobran los comentarios, pero parece un plano de una película de Buñuel o una pincelada subrealista. Comentarlas...
Joder Ricardo pareces la mezcla de un simio y Bermardo el del barrero. ¿Y que tu ligaras tanto? con esa pinta. METRO SEXUAL PURO
ResponderEliminarPascual, discrepo un poco contigo respecto a lo de la alegria de la primera foto, yo diria que era una de esas mañanas de resaca general, que por cierto fué mas de una. Y respecto a la segunda, no sé si la has publicado para exhibir tus gestos, que no se sabe si te ries o es que te amarga algo. O por el contrario, la publicas para que todo el mundo vea como el amigo Vara evacua sobre un árbol, o como dice Rapado, ver el dorso y la barba de machoman-Ricardo, a todo eso si que están muy atentos el amigo Paco y Palacios. ¡QUE JÓVENESSSSSS!
ResponderEliminarCreo que las dos fotografías pertenecen a la estancia de la Universidad de Málaga, pero no estoy seguro, lo que si es seguro es en la que estoy en pantalón corto, porque estuvimos jugando a baloncesto y solo lo hicimos en ésta. Por alusiones. no sé que gesto estoy haciendo, pero tengo una cara de atontao´ que no me tengo.
ResponderEliminarRecuerdo haber visto camaleones y salamanquesas por el recinto, entre las palmeras y en las paredes.
Como dice Julio: Éramos endiabladamente jóvenes y nuestros hígados filtraban bien el alcohol.
Sí, se ve que la segunda foto, era una de esas mañanas en las que eliminábamos el alcohol, en la Laboral de Málaga.
ResponderEliminarYo, vestía una elegante camisa de Boizas,que destacaron por su calidad, resistencia, corte y PRECIO.
Que majos, y que delgadicos,... snifff.
ResponderEliminarRecordad que estuvimos también Sevilla y en Córdoba. A mí, la primera me parece más de Sevilla.
ResponderEliminarY por cierto la resaca mayor yo creo que fue la de Sevilla.
Es todo un privilegio verte por este sitio, Manuel Ángel. Me gustaría que entraras en el título del una entrada que se llama El Motín de la Trucha y retomaras los hechos que ocurrieron cuando nos fuimos del bar y te quedaste tú sólo frente a las tortillas que nos habíamos olvidado. Un saludo.
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