martes, 14 de enero de 2014

LA PLOMADA

Hace unos días, recorriendo los rincones de la casa de mis padres en el pueblo, descubrí un objeto que daba por perdido, pero que mi padre, en su sentimiento de guardar las cosas a las que le da importancia y más sabiendo que la había fabricado uno de sus hijos, había guardado con celo en un lugar escondido para que nadie se la llevara. Este objeto, no es otro que la plomada que hicimos en clase de taller, en mi caso, con el Fernando en el último curso de F.P.II y que ha sido utilizada en la vida civil por mi padre para hacer alguna pared que otra.
Estaba un poco sucia debido a la pátina del tiempo, pero la he limpiado un poco y parece como recién sacada del "Cumbre".


No tengo un recuerdo claro sobre los acontecimientos que rodearon su manufactura, pero sí me vienen algunos retazos de aquellos momentos; como el misterio con el que nos desveló D. Fernando lo que íbamos a hacer y lo valioso del material a emplear: acero inoxidable de la mejor calidad y que no se podían cometer fallos o nos quedábamos sin la plomada.
Repasando la pieza y observándola con detenimiento, he de decir y sin ánimo de parecer prepotente, que quedó muy bien y la rosca es perfecta, sin nada de holgura desde la primera vuelta.
Me imagino que muchos de vosotros la conservaréis, pero si no es así, ahí va el recuerdo de aquellos tiempos.
Me gustaría proponer que en los comentarios, pusierais qué pieza recordáis o alguna anécdota sobre ella.

domingo, 12 de enero de 2014

FLINTSTONES COUNTRY (Por Chin)




Pablo Iglesias y  Francisco Marhuenda se tiran a la cara sus respectivas matrículas de Honor en una tertulia de la sexta. Veo en el internete boletines de notas de nuestros atribulados prebostes. Las de Aznar:  decepcionantes; las de Rajoy:  penosas. ¿Y   Oyarzábal?.... las del Sec. Gral. Del PP vasco, son sencillamente  vomitivas. Circula hasta un boletín de Albert Einstein, cuyos guarismos no reflejan, ni de lejos, su latente genialidad. 

Yo certifico que  siempre fui un estudiante ramplón. No recuerdo haberme puesto a estudiar nunca cuando estaba en la escuela de mi pueblo. Allí había buen rollo,  y cuando el Tío me solicitó la beca para ir a la Universidad Laboral de Cheste, con 11 años, no hizo falta más que comentárselo a Doña  Perpetua, la maestra,  y las notas
engordaron lo suficiente para superar el corte. En los 8 cursos que estuve interno bajo la tutela de la Obra del  Ministro Girón, siempre estudiaba el último día, cuando ya no me quedaban más cojones, así que fuera del Inglés y cuatro bobadicas que se me daban bien: 5 pelao. Cuando me fui pa Albacete, las becas las pagaban tarde, y  para sobrevivir, tuve que emplearme de tabernero los fines de semana, aún así, mi rendimiento académico no puede decirse que fuese malo, pues acabé con la media, con un 5,y poco en 4,5 años.  Ahora estoy pensando en  enviar mi curriculum académico a Ferraz y a Génova, a ver si en virtud de mi manifiesta mediocridad, se acuerdan de mi para un cargo de esos  “de libre designación”, que son los aguinaldos con los que nuestros políticos pagan los favores a sus paniaguados y  correveidiles. Visto lo visto, méritos me sobran.

lunes, 6 de enero de 2014

JIMMY AHORRA (Por Chin)



CASH
La gente que vive en los pueblos en general y en las comarcas del oeste zamorano en particular, dispone de dinero en  efectivo. El 90%, jubilados,  y a la vez, aún en activo, no es que produzcan mucho y/o cobren grandes pensiones, más bien lo contrario;  pero no gastan prácticamente nada. No creo que exista en el mundo una tasa de ahorro per cápita que se aproxime a la de estas zonas. Son los hijos de la posguerra, criados prácticamente sin pan, que desconocen lo que es un capricho o unas vacaciones lejos de casa. En estos hogares, euro que entra, jamás vuelve a ver la luz. Hace unos años, cuando acababas el trabajo,  aparecía el paisano con la talega, envuelta y atada con cuerda de rafia y daba comienzo  el desfile multicolor de  billetes gordos; qué gloria!!,….. tan grandes,… tan bonitos  ….. . Ahora,  no se hacen trabajos de mucho dinero, la verdad, pero lo que se curra por estas tierras,  se sigue cobrando bien; eso si, el método de pago ha cambiado. Por un lado el  miedo del paisanaje a los foráneos malosos cien veces vistos en la Tv sensacionalista de media tarde;  y por otro , la normativa de poner límite a los pagos en efectivo, han terminado con la deslumbrante y polícroma  cabalgata que suponía el conteo del papel  moneda.  Ahora,  cuando el pagano es una persona mayor (la mayoría de las veces), lo que hago es acercarlo yo mismo hasta la sucursal bancaria de turno.

Tienen Los bancos dos tipos de clientes: los clientes de pasivo, que son los ahorradores que dejan custodiados allí sus dineros , a cambio de recibir unos pírricos réditos;  y los clientes de activos, que somos los que funcionamos con la pasta de la entidad a cambio de pagar unos intereses desorbitados.  Entendiendo  pues, que el auténtico negocio bancario es prestar  dinero  a tipos  como yo,  que si la cosa marcha,  se lo devolvemos  con creces, y si no, se quedan con toda nuestra hacienda, no alcanzo a comprender la paradoja que supone que en una sucursal se le haga la pelota a quienes han de pagar réditos y miren por encima del hombro a quienes pagamos intereses,  que por tanto somos los que mantenemos el chiringuito.   Con estas credenciales, históricamente, si yo entraba  en cualquier oficina bancaria, donde me conocieran personalmente, se producía una estampida entre la directiva y empleados,  similar a cuando entras en un pajar con ratones, y estos, corren despavoridos cada uno a la ratonera que tenga más cerca. El personal  permanecía agazapado en su eventual guarida,  hasta que, si había logrado engatusar a alguno pa que me atendiese,  yo me largaba,  y según me iba haciendo más pequeño a través de las lunas de la sucursal,  ellos volvían,  poco a poco,  a ocupar otra vez  sus puestos. Entiéndase la metáfora.  Ahora  acudo a las sucursales acompañando a mis adinerados paisanicos, grandes clientes de pasivo;  ya nadie huye despavorido hacia su escondrijo;  ahora todo son piropos y parabienes. Me consta que  van dirigidos  a ellos, sin embargo, al estar yo de por medio, cierro los ojos y me imagino cómo debe ser la vida del cliente de pasivo:  objeto de prebendas ,  pelotilleos  y  palmaditas en la chepa, lejos de exabruptos, servicios jurídicos  y amenazas.  Esperando que llegue el día 25 para cobrar la pensión y/o vender una ternerica ,  y así engordar la cuenta otro poquito, que si es mes de extraordinaria,  o la vaca melgó, hasta  le regalan un juego de sartenes; ….. y aguardando a que llegue el final del plazo fijo para ver cuánto han crecido sus  caudales.