domingo, 17 de junio de 2012

LOS 100.000 MILLONES DE SAN LUIS Por Chin


LOS 100.000 MILLONES DE SAN LUIS

En 1814, una vez expulsadas las tropas napoleónicas , regresa Fernando VII al trono de España. Había sido desplazado del mismo por Pepe Botella (José Bonaparte), a instancias del todopoderoso emperador francés (su hermano) durante de periodo de sometimiento al invasor galo. El legítimo monarca, abolió la constitución de 1812 y restauró el absolutismo.  Resultó ser, uno de los reyes más déspotas e inservibles de nuestra historia. En 1820, un levantamiento militar, dio lugar al trienio liberal. En este periodo el monarca parecía acatar la constitución mientras conspiraba contra el gobierno a sus espaldas. En virtud  de los acuerdos del  tratado  de la Santa Alianza, firmado años antes por distintas monarquías católicas centroeuropeas,   pidió ayuda a su primo, Luis XVIII de Francia que,  en abril 1823, envío sus tropas sobre  España con el fin de restaurar la monarquía absolutista.  La historia se encargó de bautizar a los más de 95.000 soldados invasores como “Los cien mil hijos de San Luis”. La aportación de las huestes francesas resultó decisiva para poner fin al denominado trienio liberal y  para que el monarca traidor,   conservase el trono hasta su muerte en 1833.
En el siglo XX, en vistas de que Hitler había ocupado  por la fuerza el corredor del Rin y Austria, y no ocultaba  su perversa intención de invadir  los Sudetes, el Primer Ministro del Reino Unido, Arthur Neville Chamberlain, viajó a Múnich buscando afanosamente la manera de desactivar aquel ambiente bélico desatado por el expansionismo suicida de los alemanes. Se reunió con Hitler y, después de una dura negociación, firmaron el Acuerdo de Múnich de 1938, en virtud del cual, el Tercer Reich renunciaba a cualquier otra pretensión territorial dentro de Europa a cambio de que el Gobierno de Praga concediera un régimen de autonomía a la región de los Sudetes, de mayoría alemana.  Cuando Chamberlain regresa a Londres y exhibe plenamente satisfecho el acuerdo  alcanzado con Hitler, el entonces parlamentario Winston Churchill, le hace bajar de la nube diciéndole: Os dieron a elegir entre la guerra y el deshonor…habéis elegido el deshonor y tendréis también la guerra”. Desgraciadamente, el tiempo puso de nuevo de  manifiesto la visionaria personalidad del político británico y sólo 1 año después de la bajada de pantalones de su Primer Ministro, Gran Bretaña y sus aliados, tuvieron que declararle la guerra a Hitler
Ya en el siglo XXI, nuestro ínclito  presidente,  que prometió el oro y el moro durante la larguísima operación de acoso y derribo a su predecesor en el cargo, (por la  que, hasta los más pesimistas, tuvimos que concederle el beneficio de la duda),  cursó la petición de ayuda a sus socios europeos, que respondieron convenientemente enviando  cien mil.  Sin embargo, esta vez la euro-ayuda no llega bajo la denominación ”hijos de San Luis”, sino que lo hace bajo el nombre de  “millones de Euros”. …..  A Don Mariano, parafraseando a Sir W. Churchill, sólo me queda  decirle: hemos retrocedido en la prestación de servicios sociales básicos a niveles de hace 30 años con el fin de evitar el rescate, y al final hemos tenido rescate” …… o rescate ligth, o rescate dulce, o préstamo  blando, o regulación de mercado bancario, u optimización de recursos financieros, o habilitación de crédito a las pymes y familias, o cualesquiera otro eufemismo que quiera Vd. utilizar. Vístalo como quiera,  seguro que la factura, la pagamos los de siempre.  El último que apague la luz. Amén

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