Camiño de Santiago-2013.(Por Chin)
2.-PORTOMARIN- MELIDE
La pousada de Portomarín, antiguo Parador, es un sitio más que correcto para descansar; el desayuno, suficiente, aunque quedarían mejor si el zumo fuese natural. Tienen preparados unos boxes cerrados para las bicicletas, por lo que no ha sido necesario poner en solfa las habilidades espaciales de Pitoño y sus secuaces para meter los ciclos en el tubús.
CAMINO: Después de las loas en verso a Santiago y la retahíla de vírgenes de ayer y a alguna más que ha sido añadida hoy, porque el primer día, se le olvidó mencionarla a Manolo, nos encaminamos hacia la siguiente etapa. Para empezar, una subida terrible sobre un firme infernal. Los que saben de esto, dicen que sin calentar un poco, no es nada bueno subirla; aún así, apretando los güevos contra el sillín, consigo coronar el alto donde hemos de esperar para reagruparnos. El camino a partir de aquí, para mi gusto, más flojo que el del día anterior, aunque los 10 km de recorrido de más, me invitan a la prudencia con el fin de no defraudarme. A la hora y pico, parada y fonda. Más subidas y bajadas, la dureza de la etapa , en este caso condicionada por ser la más larga que vamos a hacer, nos lleva estirados en exceso. A falta de 10 km, otra parada.
Dos tercios de Estrella tienen la culpa mientras esperamos a los más rezagados.
Presos del cansancio acumulado por el deporte en si, y por las juergas de ayer, entre rampas, llegamos a Melide, y algunos/as, entre los que me incluyo, bastante jodidos/as.
CAMINO GASTRONOMICO: La primera parada de la mañana se produjo en una tasca perdida de un pueblo perdido,… pero por el que desfilan a diario cientos, probablemente miles de peregrinos. Hago esta aclaración numérica porque la tasca, en la línea de las anteriormente visitadas, no está preparada para esa demanda. Tal vez el concepto de lo que debe ser un negocio hostelero esté cambiado, de modo que se interpreta como un servicio público, donde los camareros son funcionarios y los clientes somos los abnegados contribuyentes que reciben el favor del almuerzo…. pagando, claro. 6 u 8 cafés, cada uno al gusto de su peticionario, más los zumitos, las cervecitas, las piezas de fruta, y algún bocata compartido, es demasiado lío para las propietarias. He decidido adquirir el rol de “Ambrosio”, y servir la mesa de mis compañeros de viaje para no tener que estar toda la mañana varados en la joía tasca. En la siguiente parada sólo cerveza. Prefiero esperar un poco para comer, así no tendré de postre, otra hora de pedaleo. Al llegar a Melide, nos juntamos todos en el jardín del albergue y continuamos dando buena cuenta de nuestra tienda de ultramarinos ambulante.
Además, el dueño del colmao, Pitoñejo, a instancias de la organización, nos ha adornado el pic-nic con unas cervezas, unos langostinos y unos melones que saben a gloria. Este chófer es un crack. A la hora de cenar, nos juntamos en Casa Ezequiel, una enorme y económica pulpería de Melide de la que nos han hablado. Desde luego, seguro que se podrá comer pulpo mejor, pero no a ese precio. Aunque hubo gente del grupo que salió descontenta del local, yo, sí os la recomiendo
CAMINO CULTURAL: No estamos pa na. Hoy nos daría igual ver un templo románico con rosetón de 5 metros de diámetro, que un cesto boca abajo. Mañana será otro día.
NOMENCLATURA MANCHEGA : Aunque el palabro está bien descrito en todos los diccionarios manchegos, lo cierto es que a mi, me lo descubrió una madrileña, Sol, para ser exactos; Nadie del grupo a quien yo pregunté sabía de ella; aún así , no me digáis que “COLFAS” no tiene el corte de una auténtica palabra manchega. Se refiere a las peladuras en general, bien sea de frutos secos o bien, como en este caso, de los langostinos. Seguro que si rascamos una miaja en el barniz del árbol genealógico de Sol, le aparecen sus antecedentes manchegos antes de 2 generaciones. Como no está el cuerpo pa bailes regionales, os cuento otro palabro: TRANSÍO, que quiere decir hecho polvo, agotado. Parece ser que la propia palabra introduce el matiz de sediento.
BAILES REGIONALES : Esta tarde llegamos transíos; aún así, después de cenar mi mujer me espeta: “es que nos vamos ya? “ (esta Carrizo acaba conmigo) ; y unos cuantos de nosotros (pocos)nos quedamos en una cafetería, a soplar un par de gintonics . Pero sin bailar nada,... . Y cantando flojito.
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