Una de las cosas que más me gusta
de vivir en un pueblo es que, si pisas los bares, acabas haciendo migas con los
oriundos. Si no te integras, un pueblo que no es el tuyo, tiene que ser muy
aburrido. Morales del Vino, mi pueblo de
acogida, tiene un núcleo de población de unos 350/400 habitantes descendientes
del pueblo, pueblo. El resto hasta casi los tres mil, somos advenedizos.
El viernes por la noche, después
de cenar, fuimos a tomar la copica de rigor a uno de los tuburios de la villa.
Allí anidaban dos pajarracos que son habituales de estos saraos, amén de buenos
coleguillas. Los dos son de ascendencia
moralina. Nada más entrar, uno de ellos, con un pedal del 7, me hizo los
honores de bienvenida propinándome un bocao en la oreja. Qué daño me hizo el
cabrón!!!. A esas horas de la noche estaban elucubrando las últimas pinceladas
de lo que iba a ser la fiesta de cumpleaños de varios de ellos, a celebrar al
día siguiente. Enseguida ambos, en plena transición de la fase de “exaltación
de la amistad” a “bailes regionales” dieron curso a nuestra invitación. "Drescientas
cervezas Shin", me repetía insistentemente uno de ellos, (tercio Mahou en
mano, lengua de trapo y ojos clorofos). "Shin,..… hebos gonbrao
dresciendas cervezas". “Ed el Lubba, … ba bayada…. dresciendas….“.
El sábado a mediodía, acudimos a la finca donde habíamos quedado.
Cuando estábamos preparando la paella, apareció una furgoneta del servicio a
domicilio del Lupa: “ahisdan shin,
dresciendas cervezas” volvió a balbucear mi anfitrión, con la lengua más escayolada aún,
que doce horas antes. “Dresdiendas cervezas,…. ahísdán”, su mirada
vidriosa se mantenía fija en la
dirección en la que el operario descargaba la mercancía. “dresciendas….” -seguía mi compadre-. Vinieron al pelo,
porque hacía ya un calor de mil demonios. La paella estuvo para la hora prevista,
(si no lo veo no lo creo). Nada más terminar de comer, sacaron a “ratona”,
cuyas escasas chichas , con una miaja de aliño, serán centro de mesa, en las
próximas fiestas del Cristo. Su aspecto enjuto y tristón, no fue óbice para que
diese algún que otro revolcón a los barriles con patas en que se habían
convertido ya alguno de los invitados (a esa hora ya habríamos soplao 200).
Yo, con el fin de que Héctor, que estaba presente, no se pique al
bicho, tuve que atarme la pata
a la talanquera para no saltar. Al oscurecer se prepararon unas brasas
enormes
que sirvieron para asar la vianda nocturna a base de cabecero, costillas
y
panceta. Cuando habíamos terminado con todo lo que había y previa
evacuación de
las crianzas, (muchos acudimos emparejados), volvieron a sacar la vaca,
se acabaron las cervezas, acudió más gente aún y empezó el botellón.
Este era de prestación personal, es
decir, estaba fuera de la protección financiera de los anfitriones. Cada
uno de
los invitados, a título individual o en grupo, acudió al evento con su
alcohol
destilado preferido, la bolsica hielo y el refresco, formato gigante. Si
tuvieran que pagar en el bar de turno toda la cantidad de cubatas que
beben, y
al precio que tienen estos, estarían trabajando sólo pa matar el vicio.
Cuando
el animal se cansó de nosotros, lo encerramos. Y como colofón al evento,
apareció un tipo con unos platos, una pequeña mesa de mezclas, un
amplificador y unos discos, (si, si LP´s,
yo creí que ya no existía eso), y empezó
a poner “chumba-chumba” para regocijo y disfrute de los veinteañeros,
mayoría
en ese momento. El DJ, era bueno. Largo rato estuve agazapado, fijándome
en él,
a ver si metía la pata y podía meterme con él (ya conocéis mis
antecedentes
discotequeros), pero el chaval era bueno, no se le fue ni un solo
cambio. En
fin, que entre la polvorera que se levantaba con la vaca y los bailes, y
las
guarniciones de grasa que coleccioné como homenaje a Baco y al condumio
que hubimos de moler durante todo
el día, cuando llegué a casa, era una especie
de dálmata gigante. Lástima de afoto.
Espero que cumpláis todas y todos
muchos años más, y nosotros que lo veamos. Aunque será difícil que podamos
aguantar ese ritmo.
Bueno Chin, ya veo que estás calentando motores para el CRISTO, esperemos que mejore el tiempo y podamos disfrutarlo, ya que hoy hace un día de perros, creo que el día más desapacible de toda la primavera. Un saludo.
ResponderEliminardesapacible.... de perros.... pa la gente pijilla, como se nota que no vives ya del campo. El día es cojonudo (pa mis intereses).
EliminarSi vienes con el músico, ya nos veremos.... aunque este año no creo que haiga tapas al final, creo que no tenemos un duro.
Ah!!, por cierto.... tais tos invitaos, jejeje, (como sé que me va a salir barato)
ResponderEliminarNota: Chin, El miércoles 25, fue un día de mucho viento y frío, y esto para el campo es fatal, el viernes 27 estuvo todo el día lloviendo y bien caída eso si es bueno para el campo, según un vecino de Aspariegos de edad avanzada, me dijo que hay un refrán de antaño que dice: agua de Abril y Mayo arregla el AÑO.... Un saludo para todos.
ResponderEliminarPASCUAL: No coincide la hora del mensaje con la hora real
ResponderEliminar20:17 horas.
Chin, después tenemos colesterol,sobrepeso, etc. etc., si es que te cuidas demasiado. Pero hace mucho que no hacemos una de las nuestras, ahora vsan llegando las fiestas y tendremos "pa hartarnos" a cervezas y viandas como tú bien dices. Y por cierto, los demás tambi,en estais invitados, por lo menos a la romeria de San Fernando el primer finde de junio. un saludo a todos.
ResponderEliminarOsti, hacia meses que no me dejaba publicar, pero estaba aquí, nos vemos amigos.
ResponderEliminarGORDITO, SEA USTED BIENVENIDO..... DE NUEVO, TE SE ECHABA DE MENOS...
EliminarHola de nuevo sr.Julio, comparto la opinión de Chin.
ResponderEliminarTeneis que disculpar mi inactividad en el blog en estos últimos días/semanas, pero he estado de reformas en casa y ha estado todo patas arriba. Espero que a partir de ahora disponga de algún rato para daros la barrila un poco.