lunes, 31 de enero de 2011

Exámenes III


Continuando con el tema de los exámenes, que tiene mucha enjundia, voy a seguir incluyendo algunos famosos de los que me voy acordando. Rapado ha mencionado que tuvimos varios problemas con algunas asignaturas, entre ellas, Química con Felicísimo, alias "el bacterio" y al final, conseguimos hacerla optativa. Bien, pues el motivo de que se hiciera optativa tiene sus raíces en un examen que nos hizo y que fue el detonante de nuestra indignación frente al cuerpo directivo, consiguiendo que dicha asignatura pasara a ser optativa para aquellos que quisieran.
El examen en cuestión era, por supuesto, sobre química y más concretamente sobre concentración de materia, densidades, moles por gramo, etc. La cuestión era que no nos enterábamos de nada en clase del profesor bacterio y suponemos que no era porque no fuera una eminencia en la materia, pero no sabía trasmitirlo a los alumnos, no sabía explicar y nadie se enteraba de nada. En el examen propuesto, incluía unos cuantos problemas de los que he mencionado más arriba, pero casi había un resultado por cada uno de nosotros o por lo menos 4 ó 5 resultados diferentes, porque él los había explicado de otras tantas maneras diferentes. Cuando los corrigió, dio como válida una manera de hacerlos y claro, la peña se le echó encima con los apuntes de problemas parecidos, resueltos de otras tantas maneras distintas, con lo que empezó a dar por buenas esas mismas respuestas en los exámenes y a corregir las notas de los que los tenían resueltos así. Acabó la clase de corrección del examen y se salió corriendo, pero muchos de los compañeros, le perseguían con su examen de la mano para que le corrigiera la nota porque seguía pensando que "su" forma de hacer el problema también era la correcta. Se refugió en el bar y hasta allí se acercaron los problemas de muchos compañeros. ¡Fue una pasada!

También recuerdo que uno de los más vehementes agitadores para que la asignatura se hiciera optativa fue Julio Pérez. ¿te acuerdas?

Yo no me apunté a la clase optativa de química y no sé si hice bien y si hubiera aprendido algo en ella, pero cuando hice el primer curso de biología, tuve dificultades con la Química Orgánica y el profesor que tuve, me recordaba mucho al bacterio porque no se enteraba nadie de nada.

Como curiosidad, Felicísimo, creo que se casó con la profesora de inglés, que era jovencita y estaba buenísima y precisamente, un día los vi paseando por Salamanca cuando estuve estudiando allí.

lunes, 24 de enero de 2011

Exámenes II

Siguiendo con la asignatura del "calabaza", reflejo aquí otro de sus exámenes.
Después del 10 que habíamos sacado, teníamos que seguir dejando el pabellón muy alto y que se diera cuenta que no era flor de un día, porque si no, pensaría (acertadamente) que sólo estudiábamos cuando nos jugábamos suspender la asignatura.
El siguiente examen, no recuerdo exactamente el temario que entraba, lo que sí me acuerdo era que era de tipo test, pero bastante completo y enrevesado. Tengo que reconocer que yo sí había estudiado y esperaba sacar buena nota, como así fue, pero no llegué al diez, saqué un 9 y sólo hubo un 10 en toda la clase en ese examen. Ese diez lo sacó Toñico y la diferencia estuvo en una sola pregunta, que fue él el único que la contestó bien. La pregunta fue muy comentada porque no estaba en el libro de texto, aunque él sí la había explicado en clase, pero la gente, excepto Toñico, no se acordaba de ella y hubo quejas sobre el tema. Me gustaría que los asiduos del blog intentaran acordarse de aquella famosa pregunta, ya que me estoy empezando a preocupar de que sea yo solo el que me acuerde de cosas de aquella época.
Dejo unos días para que os animéis a contestar en los comentarios de esta entrada la susodicha pregunta y si no os acordáis, la pondré yo.



Bueno, como nadie contesta en el comentario de esta entrada, tendré que ser yo...
La pregunta era más o menos así:

"De las siguientes respuestas, escoge la que sea la definición de: medios de comunicación"
Y entre tres opciones, aparecía la verdadera que no era otra que: "Mass Media".

domingo, 23 de enero de 2011

Exámenes I

Seguramente, todos nosotros, hemos tenido cientos o miles de exámenes a lo largo de nuestra vida. Si nos ponemos a hacer balance de todas las veces que nos hemos tenido que enfrentar a un papel en blanco o de tipo test, nos sorprenderíamos de que son muchas más veces de las que tenemos conciencia inmediata. A la hora de hacer esta entrada, yo mismo me he puesto a hacer una recopilación memorística de las veces que me he enfrentado a tales pruebas y siempre me he quedado perplejo de la cantidad de ellos que he hecho, además, sin darme cuenta, se me olvidan algunos. Sin embargo hay ciertos controles de evaluación, exámenes, pruebas de conocimientos o como los queramos llamar, que no son fáciles de olvidar. En un principio, sólo iba a hacer mención de los que me han ocurrido a mí y por supuesto de la época de la que estamos hablando; La Laboral, pero se me ha ocurrido que podía hablar de anécdotas que me acuerdo de los demás compañeros.
Voy a empezar por algunos en los que he sido yo el que ha estado implicado:
El primero que me viene a la cabeza fue uno de Humanística en 3º de F.P.II con "El calabaza", que ha recordado Ricardo su mote en algún comentario anterior, pero que se llamaba Ángel San Juan.
Cierto día, Paco y yo, que éramos compañeros de pupitre, estábamos hablando en su clase y descojonándonos de risa, bueno, yo, porque él estaba haciendo una parodia de cómo fumaban diferentes tipos de gente...un abuelo enfermizo, un chulo de discoteca, un yonky, un maricón, un garrulo de pueblo, las tías y un largo etcétera como en un show de José Mota y claro, yo me estaba partiendo, mientras "el calabaza", explicaba la revolución industrial y el impacto que tuvo en la sociedad europea. Creo que tuvo cierta paciencia, pero al ver que no dejábamos de dar el coñazo, nos llamó la atención de la siguiente forma:
-Pascual y compañía, tenéis un cero como nota en esta asignatura, así que ya sabéis lo que tenéis que sacar en el examen para aprobar como nota media.

Fue raro que no dijera: Gangoso y compañía, porque Paco era el que estaba siempre en todos los fregaos'. Lo que decía iba en serio, porque a la vez que se dirigía a nosotros, sacó de su carpeta un blog de notas y estuvo unos segundos apuntando lo que nosotros intuimos como unos ceros muy redonditos.
También, en ese mismo momento, Paco y yo, nos miramos y no hizo falta decir nada. Teníamos que sacar un diez, cosa que no habíamos hecho nunca que yo recordara y menos en esa asignatura. Al acabar la clase, estábamos desolados, sacar un diez con lo poco que estudiábamos, no era tarea fácil, pero nos juramentamos para intentarlo. Ese mismo día, por la noche, nos pusimos a estudiar como locos y al día siguiente, también. Era mucha materia y el examen estaba muy cercano, así que no nos iba a dar tiempo a estudiar con garantías, todo el temario, por lo que ideamos un truco; estudiaríamos la mitad de los temas, uno y el otro, la otra mitad y en el examen, nos lo cambiaríamos para copiar cada uno su parte cuando la hubiéramos acabado. Un riesgo, si, pero era la única manera.

El día del examen, el calabaza, estuvo atento a cualquier acto de sabotaje, pero como nos vio tan atareados, cada uno a lo nuestro, comprendió que no se la íbamos a jugar y cuando cada uno había hecho la parte que le correspondía, nos pasamos los folios el uno al otro y cada uno copió la parte que nos faltaba del examen. A la hora de entregarlo, no quisimos volver a correr el riesgo de que nos pillara haciendo otro intercambio de mesa a mesa, por lo que nos levantamos a la vez, más o menos cuando más jaleo había en la fila para entregar los folios del examen y en dicha fila, nos pasamos los que nos correspondían a cada uno.
A los pocos días, nos da las notas: ...Francisco Gangoso Anta: 10... José Antonio Pascual Alonso:10.
Fue un tío legal y no hizo la media con el cero patatero que se supone, nos había puesto y en la evaluación final, nos puso notable.

miércoles, 19 de enero de 2011

Una chapuza de cordón (1984-85)






Transcurrían los primeros días del curso 1984-85 y la clase comenzaba a turnarse por los diferentes departamentos funcionales del taller. No recuerdo con exactitud todas las actividades que perfeccionamos durante el curso, pero de las que me acuerdo, no sé si pertenecen en su totalidad a 3º o son de años anteriores. Voy a enumerarlas y si alguno de vosotros se acuerda con más precisión, hacérmelo saber y las corrijo. A saber; fresa (en sus distintas versiones, incluida la Kondía, fuera de horario lectivo), torno (también en diferentes versiones, incluido el de control por clavijas de diones o control numérico), electricidad, laboratorio de materiales, soldadura (todas las versiones de que disponía el departamento).
Para mí, sin duda, donde mejor me lo pasé ese curso y donde más me reí en todo mi paso por los talleres, fue la temporada en la que estuvimos en el área de soldadura con nuestro apreciado profesor D.Marcos (que en nuestro 25º aniversario nos honró con su compañía en gran parte del día). Los grupos de rotación, no éramos muy numerosos e íbamos por orden alfabético, así que es fácil saber más o menos los que formábamos parte de cada grupo. En el que yo estaba, éramos: Jodra, Masico, Mayo, Luismi, Peláez, Jarero, Manuel Luis y yo.

La época que quiero reflejar, era sin duda la mejor para nosotros porque ya teníamos una entidad y una identidad dentro del taller y los profesores, nos trataban con el respeto del que pronto va a ser un técnico especialista, como lo eran en su mayoría, ellos mismos, antes, maestros industriales. Las broncas del Fernando o del Pepe, no tenían la misma virulencia que en cursos anteriores, es más, durante 3º, no recuerdo conflictos con ninguno de nosotros, aunque siempre se marcaron las distancias.
La clase se debatía por aquel entonces, entre ir o no de excursión y si lo hacíamos, cómo montárnoslo, entre pedir que se nos enseñara a manejar la Kondía en horas fuera de clase o dejar las cosas como estaban, entre hacer los dibujos del Mauro en el tiempo exigido o calcarlos con las hojas de las ventanas de los dormitorios, entre emborracharnos en Blumen o en el Chicote, entre ir a Ramsés o a Niton's, entre enamorarnos o seguir siendo libres. En fin, no quiero hacer muy larga esta entrada porque si no, os puedo aburrir un poco, que cuando me pongo nostálgico, no sé lo que me puede salir...

Mi grupo de taller, había caído en la casilla: Soldadura, con Marcos. El primer día del módulo, nos dio una charla de los objetivos que se iban a conseguir y las normas básicas de funcionamiento y comportamiento en su clase. También nos recordó los fundamentos de la soldadura fotovoltaica, que repasaríamos para ir adquiriendo las técnicas más avanzadas en poco tiempo, ya que el tema lo deberíamos tener dominado de cursos anteriores.
Nos pusimos en grupos de dos, nos dio unas piezas de hierro para que hiciéramos una soldadura de prueba. El cordón que debíamos hacer, debía transcurrir entre las piezas en forma de "V", con las técnicas que hubiéramos aprendido y después él, haría una valoración para corregir errores, si los había.

Se acerca al primer grupo: Masico-Mayo y nos llama a todos los demás para que oigamos lo que tiene que decir con respecto a las soldaduras realizadas por los compañeros.

Allí, está Mayo con la careta de protección de los rayos ultravioleta en la cabeza y levantada hacia arriba, mano izquierda metida en el bolsillo izquierdo del mono y a la vez apretada con el puño cerrado y en la mano derecha, el arco voltaíco con un electrodo casi consumido por completo y todavía humeante como si acabara de perpetrar un duelo en el salvaje oeste.
Marcos, se dirige a nosotros, apuntando hacia las piezas que Mayo acababa de soldar y nos dice:
- "Esto es una chapuza de cordón", "parece una cagada de una pega con diarrea", "de un golpe, esto se va a la mierda".
Acto seguido, coge la pieza, aún caliente, con unas tenazas y la coloca en un tornillo. Agarra un martillo y sin hacer demasiado empuje, le da un golpe seco...pero las piezas no se separan. Sorprendido, se afianza con más fuerza al martillo y le da un golpe más rotundo, pero las piezas no ceden. En todo este tiempo, sigue hablando de lo mal que está hecho el cordón, y todo hay que decirlo, era una verdadera chapuza, sin el ánimo de menospreciar el trabajo del compañero, pero Mayo, no era precisamente, un virtuoso de las artes plásticas ni los trabajos manuales...
Al cabo de unos segundos dándole martillazos, nuestro profesor, se empieza a cabrear y con claros síntomas de desesperación, se lía a dar golpes a diestro y siniestro, aprieta más el tornillo, se da más espacio y nos manda que nos alejemos un poco del lugar, mientras, Mayo, observa el ritual, ya con las dos manos en los bolsillos y con una sonrisa burlona dibujada en la cara.
Los golpes son muy fuertes y consigue doblar las piezas en el punto más débil, pero el cordón de soldadura, no se rompe. Ya no habla de lo mal que está soldado, solo quiere separar las piezas, pero no lo consiguió. Afloja el tornillo, coge las piezas ya machacadas y las tiró "a tomar por el culo", desesperado y dice: "Sigo diciendo que este cordón es una chapuza".

Los demás habíamos asistido entre divertidos y asustados al espectáculo, pero no fuimos capaces de expresar ningún comportamiento, por no saber cúal podría ser la reacción del profesor, ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, pero ese día Mayo, se reivindicó como un experto soldador.

sábado, 15 de enero de 2011

Un ejercicio de memoria

Con esta entrada, me gustaría que hiciéramos un ejercicio de memoria, bueno, no sólo un esfuerzo por recordar, si no, una breve descripción de nuestras impresiones respecto a los profesores que tuvimos en el trascurso de nuestra formación. Esta idea, surgió el año pasado con motivo de nuestro 25º aniversario, por parte de nuestro delegado, pero por falta de tiempo y sobre todo por la ausencia de comunicación entre los miembros de La Octava, no se llevó a cabo. Él proponía que votáramos al profesor que más influencia, simpatía, compromiso, dotes pedagógicas u otras facetas que le hicieran merecedor/a del reconocimiento por nuestra parte y haberle dado un galardón, al estilo del "premio naranja o limón". Esto no fue posible y es complicado que se pueda repetir en el futuro, por eso, me gustaría que, en primer lugar, recordáramos a todos los profesores que tuvimos a lo largo de aquellos años en las diferentes materias, que también habría que recordar y con ello hacer una lista de profesores y asignaturas.

Intentad poner nombre y los apellidos relacionados con la asignatura.

Para empezar, pongo las asignaturas de las que me acuerdo yo, que seguramente, me deje alguna por el camino:
Matemáticas, Lengua y Literatura, Tecnología de las máquinas-herramientas, Inglés, Dibujo técnico, Humanística, Seguridad e Higiene en el Trabajo, Educación Física, Religión, Taller, Física, Química y Ciencias Naturales.

lunes, 10 de enero de 2011

Una ceremonia iniciática (1982-83)







- ¿Estás porlao'?
- No, ¿qué es eso de estar porlao'?
- No me digas que no estás porlao'. Yo si estoy porlao', a mi me porlaron en mi pueblo. Si con 16 años no estás porlao, no eres un hombre y además es algo que no te permite formar parte de ninguna cuadrilla o compañía, ya que es una manera de iniciarte en el mundo de lo misterioso y de los adultos.
- ¿ Y cómo se porla uno?
- Eso es un secreto que no se puede contar, además los porladores son una especie de sacerdotes al uso de los antiguos egipcios y sus prácticas son enigmáticas y se transfieren de generación en generación de los mozos más veteranos a los que demuestran su condición y valía.
- Pues yo me quiero porlar. ¿ Quién me puede iniciar en esa ceremonia o lo que sea?
- No todos los que quieren porlarse, pueden. Eso lo deciden los porladores.
- Vale, pero, ¿ Quién es porlador?
- Me imagino que alguno de 3º de F.P.II, será. Yo, como ya estoy porlao, puedo ser ayudante en la ceremonia. Tú, si te quieres porlar, me encargo de buscar a los porladores.


Alguno más que estaba en la conversación también muestra interés por dicha ceremonia y decide que él también ha quiere secundar la iniciativa y se va a porlar conmigo.
Cómo podéis comprobar, yo, con mis 16 añitos, era un poco ingenuo y me tragué lo del misterio iniciático en el mundo de los mayores, que cerraban las puertas a los imberbes que no estaban porlaos, no pudiendo entrar en las bodegas de las fiestas de los pueblos para beber limonada y cantar hermanado con los amigos y tampoco serías aceptado en los grupos de las mozas del pueblo, con lo que nunca podrías completar el acto sexual con ninguna chica y se reirían de , cuando te preguntaran que si estabas porlao, apartándote de ese mundo, destinado a los valientes que se habían internado en ese círculo tan cerrado y selecto de los Porlaos.

Al día siguiente, mis amigos de la cuadrilla, ya tenían porladores. Éstos, no eran otros que los componentes del "Plan Badajoz"(me refiero a mis amigos), que era como nos denominaba el Fradejas. Me imagino que esta denominación no nos la dirigiría con intenciones peyorativas, porque con el paso de los años, supimos de que se trataba dicho "plan" y la verdad es que yo no me siento representado...a lo mejor nos decía "clan Badajoz", porque eso era lo que nosotros entendíamos. Los miembros de dicho "clan", éramos; Aguado, Forma, Isidro, Javi, Masico, Paco y yo. Los demás no os riaís porque al otro corpúsculo más numeroso, les llamaba; "La panda del moco".
No recuerdo bien si el otro candidato a formar parte de la "élite porlada", era Masico. La ceremonia iba a tener lugar esa misma noche y para mí era un misterio, pero que ya me empezaba a tomar un poco a cachondeo y más cuando aparecieron los porladores.

El santuario elegido para la ceremonia iniciática era la habitación de Isidro y Masico y en ella se encontraban todos los integrantes del equipo ayudante de los "sacerdotes porladores". Entonces aparecieron ... Jacinto y Avedillo, enfundados en una especie de bata de laboratorio, que presumo, se las habrían dejado alguien de ingeniería, unos guantes profilácticos y unas navajas en sus manos. La imagen era para echarse a reír, sobre todo por las pintas que tenía Jacinto, que si recordaís, era un tipo alto y fuerte y...feo, pero muy simpático y enrollao' con los de 1º, que eramos nosotros. No sé si tenía algún problema de estrabismo, pero ese día, a mi me lo parecía y me ponía a temblar, pensando en que tuviera que hacer alguna operación de precisión con la navaja que traía de la mano. Solo pensarlo se me quitaron las ganas de reirme, pero al volver la vista al otro "porlador", me volvían unas ganas incontrolables de descojonarme de risa al verlo con una especie de cinta en la cabeza, que hacía que su pelo oscuro dejara al descubierto una frente con bastantes centímetros cuadrados y unos ojos penetrantes de científico loco, pero bien metido en su papel de porlador eminente y serio. Se movía con gestos de ceremoniante religioso y esto hacía que la escena pareciera sacada de un acto de teatro cómico.

Decidí seguir adelante con mi ceremonia de porlación, ya por curiosidad de ver que podían hacer aquellos dos y la troupè de ayudantes.
Me hicieron tumbar en la cama y cuando me dijeron que me quitara la ropa, me negué en redondo. Mientras, los porladores, habían empezado a sacar aún más utensilios amenazantes de sus bolsos: tijeras, una venda, algodón y un bote de alcohol de 96º, dejando que los viera como los iban depositando en una de las mesas de estudio. Isidro encendió un mechero y se puso a quemar una aguja o algo parecido y todo esto me empezó a meter el miedo en el cuerpo, mientras los esbirros comenzaron a forcejear conmigo para quitarme los pantalones y sujetarme con todas sus fuerzas para inmovilizarme en la cama. El escándalo debió de ser mayúsculo porque empezó a aparecer gente de todas las habitaciones para ver el porlamiento, pero consiguieron echarlos a todos debido al carácter secreto del rito de iniciación.

Cuando desistí de luchar más por mi supervivencia, se acercaron, navaja en mano, Jacinto con sus ojos estrábicos y Avedillo con los pelos de punta. Se inclinaron hacia mi bajo vientre y con una solemnidad encomiable y haciendo el gesto similar al cura cuando da la bendición, simulando una cruz en el aire, pronunciaron: POR LA señal....

YA ESTÁS PORLAO.




Como no puedo incluir fotos en los comentarios, incluyo esta en la entrada, para intentar aclarar la identidad del porlador, al que algunos identificaís por Juanma Avedillo y que siempre que veo a este actor, me lo recuerda. Ya me direís si se parece.

domingo, 9 de enero de 2011

Felicidades para Claudia


Desde este humilde blog, mandamos una felicitación de cumpleaños para Claudia, la hija de Ricardo que el día 10 de este mes cumple 9 años.
FELICIDADES, Claudia. De parte de La Octava.