En el otoño de 1994, me llevé a mi sobrina Andrea, con dos años y medio, poco más,, a ver “El Rey León” la peli de Disney. Su madre me advirtió de que era muy pequeña y que no me debería extrañar si a media peli, se agobiaba de estar tanto tiempo en el mismo sitio y se ponía a llorar. El caso es que la niña permaneció inmóvil y sin pestañear durante toda la peli; es más, cuando Mufasa muere, víctima de la conspiración entre las hienas y Scar, mi sobrina se hinchó a llorar; Yo con el fin de no verle esos ojazos que tenía, (y tiene)- bañados en lágrimas y previendo el final feliz, estuve un buen rato prometiéndole que todo se arreglaría hasta que la nena se calmó. Angelico.
El día 5 de enero, de los corrientes, y como regalo de reyes, llevé a los míos a ver el musical de “El Rey León”.He de contaros que la movida fue producto de la casualidad. Primero, hace tres meses, después de años sin saber de un tipo que me debía pasta, apareció con 3.600 pavos con los que ya no contaba, ya que el tipo había desaparecido.(en 17 años que llevo luchando contra los elementos, es la 1ª vez que me pasa) En ese momento, escuchaba por la radio un reportaje sobre el musical, que estaba siendo un éxito sin paliativos. Me acorde de María y Héctor, y pillé entradas a través de la Red. (ya me conocéis, las gallinas que entran por las que salen). Con tan buena fortuna, que el primer día que me daban cuatro entradas seguidas en la platea, (2ª casualidad), era el 5 de enero….. Bingo!!. Me los llevo a ver la cabalgata de Madrid, y cuando termine, por sorpresa, me los llevo al teatro, (pensé). Y así fue. Todo salió según lo previsto; cuando después de la cabalgata, cogimos el metro, hasta la boca de Santo Domingo (a 50m de las puertas del teatro). No veas la cara que se le quedó a los tres cuando les di las entradas a la misma puerta, porque ellos pensaban que íbamos a por el coche, que lo teníamos en un parking cercano a Princesa. Pero lo mejor estaba por llegar, porque a pesar de las maravillosas críticas, lo que íbamos a ver no deja de ser un montaje teatral, que a los niños, sobre todo al peque, podría decepcionarlo un poco. Nada más lejos de la realidad porque al igual que mi sobrinica Andrea, en el estreno cinematográfico, estuvieron sin pestañear durante las dos horas y media largas que dura la Obra. Fijaos si será bueno el montaje, que el niño en el descanso me dijo: “papá , es que parecen de verdad, como en la película”. La adaptación teatral de la obra es sencillamente espectacular, genial, única…. Nunca pensé que se le pudieran ocurrir a alguien tantas cosas, tan bonitas, para representar en un teatro . En fin, absolutamente recomendable.
El día 5 de enero, de los corrientes, y como regalo de reyes, llevé a los míos a ver el musical de “El Rey León”.He de contaros que la movida fue producto de la casualidad. Primero, hace tres meses, después de años sin saber de un tipo que me debía pasta, apareció con 3.600 pavos con los que ya no contaba, ya que el tipo había desaparecido.(en 17 años que llevo luchando contra los elementos, es la 1ª vez que me pasa) En ese momento, escuchaba por la radio un reportaje sobre el musical, que estaba siendo un éxito sin paliativos. Me acorde de María y Héctor, y pillé entradas a través de la Red. (ya me conocéis, las gallinas que entran por las que salen). Con tan buena fortuna, que el primer día que me daban cuatro entradas seguidas en la platea, (2ª casualidad), era el 5 de enero….. Bingo!!. Me los llevo a ver la cabalgata de Madrid, y cuando termine, por sorpresa, me los llevo al teatro, (pensé). Y así fue. Todo salió según lo previsto; cuando después de la cabalgata, cogimos el metro, hasta la boca de Santo Domingo (a 50m de las puertas del teatro). No veas la cara que se le quedó a los tres cuando les di las entradas a la misma puerta, porque ellos pensaban que íbamos a por el coche, que lo teníamos en un parking cercano a Princesa. Pero lo mejor estaba por llegar, porque a pesar de las maravillosas críticas, lo que íbamos a ver no deja de ser un montaje teatral, que a los niños, sobre todo al peque, podría decepcionarlo un poco. Nada más lejos de la realidad porque al igual que mi sobrinica Andrea, en el estreno cinematográfico, estuvieron sin pestañear durante las dos horas y media largas que dura la Obra. Fijaos si será bueno el montaje, que el niño en el descanso me dijo: “papá , es que parecen de verdad, como en la película”. La adaptación teatral de la obra es sencillamente espectacular, genial, única…. Nunca pensé que se le pudieran ocurrir a alguien tantas cosas, tan bonitas, para representar en un teatro . En fin, absolutamente recomendable.